La evolución e implantación de este modelo ha sido propiciada por la convergencia de los siguientes avances tecnológicos:
El crecimiento de la capacidad de procesamiento y de cálculo de los sistemas desde la aparición de la informática hasta nuestros días ha hecho posible tener ordenadores conectados entre si en redes de alta velocidad (también conocido corno cluster) que multiplican exponencialmente la capacidad de procesamiento. De esta forma los proveedores doud pueden «alquilar» esta capacidad (número de procesadores y memoria) y el cliente pagar por su uso.
La eficiencia de los sistemas de almacenamiento con ratios crecientes de capacidad y velocidad de transferencia, hacen posible igualmente su abastecimiento desde centros de datos en la nube.
La extensión y abaratamiento del acceso a Internet amplifica la conectividad que hace posible no sólo aplicaciones cómo el comercio electrónico o las redes sociales, sino también el acceso ágil desde cualquier lugar a los centros de datos y de proceso.
La proliferación de dispositivos móviles conectados a la red hace posible que empresarios y trabajadores estemos conectados en cualquier situación, de viaje, en clientes o fuera de la oficina. Muchas aplicaciones cloud aprovechan la movilidad que permiten los dispositivos para ofrecer servicios en cualquier lugar o incluso adaptados al lugar dónde se encuentre el usuario (gestión de flotas, partes de obra,...)
La flexibilidad que ofrece la virtualización de sistemas operativos, servidores y redes que permite a los proveedores cloud aprovisionar los recursos de acuerdo con las demandas de sus clientes.
Para el proveedor, la esencia de este modelo de computación reside en ofrecer recursos estándar a los clientes a través internet. Esto quiere decir que despliega, para un servicio, las mismas versiones de hardware y software para todos los clientes que podrán configurarlos para adaptarlos a sus necesidades. Con esto el proveedor consigue, y ofrece a sus clientes, ventajas en cuanto a fiabilidad, flexibilidad y escalabilidad, y mejoras en el rendimiento frente a configuraciones ad-hoc. Esto permite también que los distintos servicios sean interoperables, es decir, que se puedan integrar con mayor facilidad y rapidez con otras aplicaciones empresariales.
Algunos ejemplos de servicios que se pueden contratar en la nube son: puestos de trabajo, bases de datos, servidores de correo electrónico, almacenamiento, servidores web, servidores de aplicaciones, entornos de desarrollo, redes, etc. Además, las empresas pueden contratar a los proveedores cloud el despliegue conjunto de varias de las aplicaciones de la empresa, como servicios de correo y web, CRM y ERP.
Para el empresario, si lo comparamos con los modelos tradicionales como son el alquiler de equipos o los centros de proceso de datos internos, el cloud computing pone a su alcance sistemas y aplicaciones informáticas sin necesidad de adquirirlos, sólo contratándolos como un servicio. En este esquema se sustituye la compra o alquiler de máquinas y software exclusivo por un gasto, por un «suministro», como el agua o la energía eléctrica, al pagar por el uso de los sistemas y aplicaciones que necesitemos.
Este nuevo modelo evita al cliente, en particular a la pyme o al autónomo, la preocupación de comprar y mantener la infraestructura y los elementos técnicos de la misma ya que son ofrecidos por el proveedor como un servicio.
En este escenario de pago por uso, el empresario no tendrá que preocuparse de hacer nuevas inversiones o quedarse con sistemas y aplicaciones obsoletas o sobredimensionadas si cambian sus necesidades de recursos informáticos, por ejemplo si tiene que aumentar o reducir su infraestructura por que cambie su plantilla o varíe la magnitud de su negocio si cesa el soporte de una aplicación. Tampoco tendrá que comprar nuevos sistemas y aplicaciones si abre una nueva oficina o si decide migrar a otra aplicación más moderna. En estos casos solo tendría que modificar su suscripción al servicio para adecuarlo al nuevo contexto.
La siguiente imagen muestra gráficamente las diferencias entre el modelo tradicional y la computación en la nube.
En cualquier caso, de cara a la seguridad va a ser clave el establecimiento de acuerdos de nivel de servicio entre el proveedor y el cliente (o SLA del inglés Service Level Agreements). En ellos se definen los compromisos de ambas partes. Estos acuerdos deben contener clausulas en las que se defina la responsabilidad del proveedor en algunos aspectos relacionados con la seguridad: el mantenimiento, las actualizaciones, las incidencias, la disponibilidad y la recuperación de los servicios contratados por el cliente.
Características de los servicios en la nube
Cuando contratarnos servicios en la nube seleccionamos una serie de recursos computacionales como servidores, sistemas de aImacenamiento, aplicaciones o equipos de comunicaciones, y los dimensionamos según nuestras necesidades. Así elegimos por ejemplo: el número de procesadores, la memoria, la capacidad del almacenamiento o el número de usuarios. El precio variará según nuestra selección, pero podremos cambiarla más adelante, si cambian nuestras necesidades.
Estas propiedades el pago por uso y la escalabilidad son dos características que definen este nuevo modelo de computación. La siguiente tabla describe e ilustra con un ejemplo estas y otras características de los servicios en la nube.
Pago por uso
El precio del servicio varía en función de las
necesidades del cliente de manera flexible.
Si necesito más capacidad de proceso por un pico de
trabajo solicitaré más recursos y sólo tendré que pagar más por el tiempo de
uso extra.
Acceso desde la red
Como los
recursos están alojados en la red, se puede acceder a los mismos desde
cualquier lugar.
Es posible acceder al panel de gestión de nuestras
aplicaciones, y como usuarios, desde distintas oficinas o desde el teléfono
móvil.
Recursos compartidos
Los recursos están en reservas comunes a no ser
que se contraten servicios de nube privada, es decir, se comparte hardware y
software.
Las
pymes pueden disponer de recursos, por tamaño o precio, antes sólo destinados
a la gran empresa.
Recursos a la carta o escalabilidad
Los clientes pueden redimensionar los recursos que
contratan de manera rápida y eficaz en casi cualquier momento.
Si aumenta nuestra necesidad de recursos podernos
cambiarla desde el panel de control de cloud y estará a nuestra disposición en
un plazo razonable.
Servicio supervisado
El control y la optimización de los recursos se automatizan
por el proveedor de los servicios en la nube siendo este proceso, transparente
para el cliente.
No tenemos que prever la compra de más equipos o de
nuevas licencias de software, ni tendremos que contratar técnicos para
mantenimiento de equipos.
Acceso ubicuo a los datos
La principal característica del cloud computing es el acceso ubicuo (desde cualquier lugar) a los datos. Solo se necesita un navegador web y conexión a Internet para disfrutar de los servicios en la nube, no hace falta tener un sistema operativo determinado o instalar un software específico en cada cliente. Se puede utilizar un portátil, un teléfono móvil o una videoconsola conectado a la Red para acceder a las aplicaciones de la nube en cualquier momento.
Actualmente, las tecnologías móviles son una parte importante dentro del modelo de negocio de una empresa. La combinación de dispositivos móviles y fijos crea nuevas oportunidades en el desarrollo de la actividad empresarial permitiendo plena operatividad.
Esta característica supone una gran ventaja frente a otras tecnologías, aunque es importante puntualizar que existen limitaciones: no es posible utilizar las aplicaciones en la nube si no hay conexión a Internet. Además, la calidad y la velocidad de la conexión deben ser altas para poder utilizar el servicio de forma correcta. Por norma general, las aplicaciones de escritorio (aquellos programas que están instalados en un ordenador) tienen un rendimiento mayor que las aplicaciones web debido a que aprovechan mejor todos los recursos del equipo.
Aspectos económicos
A la hora de desplegar un nuevo servicio, el modelo
informático basado en cloud computing permite reducir costes con respecto al
modelo tradicional, ya que los recursos que la entidad debe destinar son
menores, tanto directos (en cuanto a hardware, mantenimiento, personal, etc.)
como indirectos (instalaciones, suministros, etc.), de tal forma que parte de
los costes fijos pasan a ser variables.
A la vez, las entidades pueden contratar un servicio en la nube por una
cantidad al mes y en función de cómo evolucionen sus necesidades, aumentar o
disminuir los recursos de procesamiento, sabiendo que se va a pagar por uso
efectivo.
Escalabilidad
y flexibilidad
La sencillez con la que se pueden añadir o eliminar
recursos también supone una ventaja frente al modelo tradicional. Fuera de la
nube, cuando un administrador del sistema necesita instalar una unidad de disco
duro adicional, debe elegir el producto y seguir un protocolo para realizar la
compra, recibir, instalar y configurar el equipo para su puesta a punto. Si
transcurrido un tiempo el volumen de usuarios desciende o varían las
funcionalidades del sistema, ya no se podrá dar marcha atrás.
Debido a la gran escalabilidad y flexibilidad del cloud computing, todos los
proveedores de servicios ofrecen la posibilidad de añadir o eliminar recursos
en cuestión de minutos, aumentando el almacenamiento o el número de
procesadores sin que la aplicación se vea afectada. No hay que instalar nada en
el sistema operativo, ni configurar unidades de hardware adicionales. Del mismo
modo, si pasado un tiempo se detecta que el servicio en la nube no requiere
tanta capacidad de procesamiento, se pueden disminuir sus recursos para
adecuarlos al volumen de trabajo necesario en cada momento.
Deslocalización de
datos y procesos
En un sistema informático tradicional, el
administrador del sistema conoce en qué máquina se almacena cada dato y qué
servidor es el encargado de cada proceso. El modelo en la nube hace uso de
distintas tecnologías de virtualización para poder ofrecer todas las funcionalidades
necesarias, por lo que se pierde el control sobre la localización. Esto no
significa que los datos o procesos estén perdidos en Internet, puesto que el
cliente mantiene el control sobre quién es capaz de acceder o modificar esta
información.
La ventaja es que se pueden llevar tanto los datos
como los procesos al lugar más conveniente para la organización. Por ejemplo,
se pueden utilizar múltiples copias de un servidor y repartirlas por centros de
proceso de datos en distintos puntos del planeta para mejorar los tiempos de
acceso de los usuarios. Además, facilita el mantenimiento de copias de
seguridad no solo de los datos sino del servidor entero, del sistema operativo
y los programas instalados en él.
La localización de los datos puede incidir
significativamente en el régimen jurídico aplicable y en las condiciones del
contrato. En determinados casos podría requerirse cumplir con los requisitos
previstos para las transferencias internacionales de datos personales.
Dependencia
de terceros
Tanto si se trabaja con una nube pública como con una
nube híbrida, existirá una empresa contratada para proveer los servicios
necesarios. Los beneficios de contar con estas empresas es que se encargan de
todo el mantenimiento del hardware, recintos especializados para los centros de
procesamiento de datos, suministro eléctrico y conectividad a Internet, etc.
Los proveedores de servicio en la nube no solo hospedan un servidor web (como
ocurre en el hosting tradicional), sino también todos los procesos y datos que
están en la nube, además de las copias de seguridad. Es decir, que comparten
parte de su control con el usuario u organización.
El establecimiento de un nivel adecuado de transparencia en el mercado a la
hora de negociar los términos y condiciones en los contratos es fundamental
para contrarrestar la falta de control derivada de la dependencia de terceros.
Tipos de Nube
1. Nube Pública
Un servicio de Nube Pública es cuando el proveedor proporciona sus recursos de forma abierta a todas las entidades que lo deseen, desde particulares a grandes corporaciones. Este tipo de servicios son los que ofrecen Amazon, Azure de Microsoft o Google Engine.
2. Nube Privada
En la otra parte de la balanza se encuentra el Cloud Privado, que es una cuando el proveedor realiza la implementación y administración del sistema para la entidad que forma parte de ella. Las entidades que optan por este tipo de sistemas son aquellas que tienen un alto nivel de complejidad y necesitan centralizar sus recursos, como pueden ser grandes corporaciones o administraciones públicas. El sistema que más está destacando para este tipo de servicios es Openstack, solución OpenSource.
3. Híbrida
Como su propio nombre indica esta solución esta compuesta por las dos anteriores , donde una parte de los servicios y la información se ofrece de manera pública y otra de manera privada. Este tipo de soluciones tienen mucho potencial, ya que permiten hacer crecer tu sistema contratando a terceros lo que vayas necesitando. Este tipo de servicios también se pueden realizar con Openstack
Modalidades de Servicio
Los proveedores de Cloud ofrecen una serie de servicios adicionales que ajusta la oferta a las necesidades del cliente. En función de lo completa que sea la solución que se ofrece tenemos Infraestructura como Servicio, Plataforma como Servicio o Software como Servicio.
1.- Software como Sercicio (SaaS)
Podemos hablar de este sistema cuando el usuario se encuentra con todas las herramientas para implementar todos los procesos necesarios para la empresa.
2.- Infraestructura como Servicio (IaaS)
No existe valor añadido, el proveedor ofrece capacidad de almacenamiento y proceso en bruto , siendo el usuario el que construye las aplicaciones que necesita desde cero.
3.- Plataforma como Servicio (PaaS)
En este caso, se ofrece herramientas y utilidades para facilitar la construcción de aplicaciones , como puede ser base de datos o entornos de programación.